Un descubrimiento arqueológico reciente en el centro de Noruega ha desenterrado un entierro de la época vikinga del siglo IX como ningún otro registrado anteriormente en la región. La tumba, descubierta por un detector de metales y posteriormente excavada por arqueólogos, contiene los restos de una mujer enterrada con dos grandes conchas de vieira colocadas deliberadamente sobre su boca. Esta práctica inusual ha dejado perplejos a los investigadores, ya que se trata del primer caso conocido de un ritual de este tipo en tumbas noruegas precristianas.
El descubrimiento y los hallazgos iniciales
El descubrimiento comenzó cuando Roy Søreng, un detector de metales aficionado, localizó un broche de la época vikinga en un terreno de propiedad privada en el condado de Trøndelag. Tras alertar a las autoridades, se llevó a cabo una excavación arqueológica completa, que reveló un esqueleto bien conservado adornado con ropa y joyas típicas de la época vikinga. Según Raymond Sauvage, líder del proyecto en el Museo Universitario de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología, el aspecto más llamativo del entierro es la colocación de las conchas de vieira.
La mujer fue enterrada con un vestido exterior asegurado con broches ovalados y una prenda interior tipo combinación cerrada con un pequeño broche de anillo, lo que sugiere que era una mujer libre, posiblemente casada, de cierto estatus, tal vez incluso una dueña de granja. Si bien la ropa en sí es consistente con las costumbres de la época vikinga, la adición de conchas y huesos de aves que las acompañan no tiene precedentes.
Las conchas de vieira: un símbolo perdido en el tiempo
Las conchas, identificadas como vieiras del Atlántico nororiental, se colocaron con el lado curvo hacia afuera y el borde recto presionando contra la mandíbula del difunto. Los arqueólogos aún tienen que determinar si los caparazones fueron modificados intencionalmente con agujeros u otras marcas. Sauvage señala que si bien las conchas probablemente se originaron localmente (la región es conocida por sus ricas poblaciones de vieiras, aunque para recolectarlas habría sido necesario bucear), su significado simbólico sigue siendo difícil de alcanzar.
Históricamente, las conchas de vieira tenían un valor simbólico en otras culturas: los ataúdes romanos del siglo IV a veces las presentaban como representaciones de la vida después de la muerte, y en la Edad Media, se asociaban con la peregrinación a Santiago. Sin embargo, no hay evidencia directa que vincule estos significados con las prácticas de la época vikinga.
“Es probable que las conchas de vieira tuvieran un significado simbólico destinado a ser comunicado a quienes presenciaron el entierro”, afirmó Sauvage. “Desafortunadamente, es difícil adivinar cuál podría haber sido este significado”.
Investigación en curso e implicaciones futuras
El descubrimiento es significativo no sólo por su ritual único sino también por la preservación excepcional del esqueleto. Los arqueólogos ya han desenterrado cerca un segundo entierro más antiguo (que data del siglo VIII), lo que sugiere una posible conexión familiar.
Los investigadores planean realizar más análisis, incluidas pruebas de ADN y datación por radiocarbono, para aprender más sobre las personas enterradas en el sitio. El objetivo es comprender su relación, el motivo del inusual ritual de entierro y cómo encaja en el contexto más amplio de las creencias y prácticas de la época vikinga.
Este descubrimiento subraya los misterios perdurables de la era vikinga. El propósito detrás de este entierro único aún no está claro, pero más investigaciones podrían eventualmente revelar su significado.

























