Una nueva investigación revela una estrategia escalofriantemente efectiva empleada por las hormigas reinas parásitas: manipulan a las hormigas obreras para que asesinen a su propia reina, tomando el control de la colonia mediante violencia orquestada. Este no es un conflicto directo de reina contra reina, sino una manipulación calculada que convierte a los defensores de la colonia en verdugos.
El descubrimiento: el avance de un científico ciudadano
La innovadora observación no provino de un laboratorio tradicional, sino de Taku Shimada, un dedicado entusiasta de las hormigas en Japón. Si bien no es un científico con formación formal, los años de meticulosa observación, fotografía y cría de hormigas del Sr. Shimada lo han convertido en una figura respetada dentro de la comunidad entomológica. Su incesante búsqueda de especies raras de hormigas le llevó a documentar este comportamiento nunca antes visto.
Cómo funciona la manipulación: una adquisición paso a paso
Los experimentos del Sr. Shimada, capturados por la cámara, detallan el proceso. La reina parásita, Lasius orientalis, se infiltra en una colonia anfitriona e inicia la toma de control rociando a la reina residente con una sustancia química, probablemente ácido fórmico defensivo. Esto desencadena una reacción violenta por parte de las hormigas obreras, las propias hijas de la reina, que luego se vuelven contra ella, la muerden y finalmente la matan.
Esto contrasta marcadamente con los métodos de matanza de reinas observados anteriormente, que normalmente implican ataques físicos directos y brutales por parte de la reina invasora.
La ventaja evolutiva: eficiencia en la conquista
La estrategia de la reina parásita es intrínsecamente arriesgada; infiltrarse en una colonia hostil la expone a un ataque inmediato. Sin embargo, la recompensa evolutiva es significativa. Al manipular a las hormigas obreras, evita el arduo proceso de construir una colonia desde cero. En cambio, obtiene inmediatamente acceso a una fuerza laboral, recursos e infraestructura establecidos.
“Puede utilizar todos los recursos que ya existen y poner en marcha su propia colonia mucho más rápido”, explica Rachelle Adams, bióloga evolutiva de la Universidad Estatal de Ohio.
La importancia del descubrimiento: llenar un vacío de conocimiento
Durante años, los científicos han sabido que Lasius orientalis parasita a otras especies de hormigas, pero los mecanismos exactos de su control no estaban claros. El trabajo del Sr. Shimada proporciona la primera evidencia directa de este comportamiento manipulador, confirmando que la reina parásita no simplemente domina a la reina anfitriona sino que orquesta activamente su desaparición a través de los propios defensores de la colonia.
Daniel Kronauer, biólogo evolutivo de la Universidad Rockefeller, enfatiza la importancia de este hallazgo: “No estaba claro cómo funcionaba el asesinato de reinas en esta especie, y ahora tenemos el primer informe que muestra que la reina parásita en realidad manipula a las obreras anfitrionas para que maten a su madre”.
Este descubrimiento destaca las estrategias complejas y a menudo despiadadas empleadas por las especies parásitas para maximizar su éxito reproductivo. La capacidad de manipular el comportamiento social dentro de una colonia representa una forma de explotación particularmente sofisticada, lo que demuestra las presiones evolutivas que impulsan incluso a las criaturas más pequeñas a participar en tácticas maquiavélicas.
