Investigaciones recientes han arrojado nueva luz sobre los mecanismos subyacentes del COVID prolongado (síndrome post-COVID o PCS), revelando un vínculo crucial entre la inflamación nasal persistente y los síntomas persistentes que experimentan muchas personas. Un equipo colaborativo de científicos del Centro de Investigación Borstel, el Centro Pulmonar Leibniz (FZB), la Universidad de Kiel (CAU), la Universidad de Lübeck (UzL) y el Centro Médico Universitario Schleswig-Holstein (UKSH), entre otros, han identificado impulsores moleculares específicos responsables de esta inflamación.
Comprender el COVID prolongado y el desafío de la investigación
El COVID prolongado es una preocupación creciente que afecta aproximadamente entre el 3% y el 17% de las personas después de una infección por SARS-CoV-2. Los afectados se enfrentan a una amplia gama de síntomas persistentes y debilitantes, y las causas exactas de estos efectos prolongados siguen siendo en gran medida difíciles de alcanzar. Esta falta de comprensión ha obstaculizado el desarrollo de tratamientos eficaces.
Nuevos conocimientos a partir del análisis unicelular
Para abordar este desafío, los investigadores emplearon transcriptómica unicelular avanzada scRNA-seq combinada con modelos sofisticados de biología celular. Esta técnica les permitió examinar los procesos celulares y moleculares que ocurren dentro del tejido nasal con un nivel de detalle sin precedentes. El estudio utilizó muestras de biopsia nasal de 25 pacientes que participaron en NAPKON, una cohorte nacional post-COVID, lo que permitió obtener una muestra representativa de personas que experimentan COVID prolongado.
Hallazgos clave: TNFα y TGFβ provocan inflamación persistente
El análisis de los investigadores descubrió alteraciones significativas en la estructura y función de la mucosa del tracto respiratorio superior, incluso meses después de la infección inicial por SARS-CoV-2, y en ausencia de actividad viral continua. Identificaron dos “sustancias mensajeras” cruciales (TNFα y TGFβ) que son responsables de provocar una inflamación persistente en la mucosa nasal.
El papel del TNFα y el TGFβ
Estas sustancias parecen alterar la programación normal de las células dentro del tejido mucoso, dificultando los procesos regenerativos necesarios para un funcionamiento saludable. Específicamente, los investigadores encontraron que la combinación de TNFα y TGFβ altera gravemente la regeneración del epitelio ciliado, una capa vital de células que elimina los desechos y patógenos de las vías respiratorias.
“Nuestros datos muestran que la combinación de dos sustancias mensajeras, TNFα y TGFβ, altera gravemente la regeneración del epitelio ciliado”, explica el Dr. Karosham Reddy.
Implicaciones para los síntomas y la susceptibilidad
Esta inflamación persistente impide que la mucosa de las vías respiratorias mantenga su función protectora, lo que puede provocar síntomas respiratorios prolongados y una mayor susceptibilidad a las infecciones, ambas características comunes del PCS. Es importante comprender que la inflamación no es mantenida por el virus en sí, sino por estos mensajeros desencadenados por la infección inicial.
Potencial de tratamientos dirigidos
Los hallazgos, publicados en Nature Communications, ofrecen una nueva y prometedora vía para tratar el COVID prolongado. Al identificar vías de señalización específicas involucradas en el PCS, los investigadores esperan desarrollar terapias que puedan aliviar los síntomas y potencialmente prevenir daños a largo plazo a la mucosa nasal.
“Nuestras observaciones apuntan a vías de señalización específicas que parecen desempeñar un papel clave en el PCS. Estas podrían dirigirse terapéuticamente para aliviar los síntomas y posiblemente prevenir daños a largo plazo en la mucosa nasal”, dice el autor principal, PD Dr. Fähnrich.
De cara al futuro: implicaciones más amplias para las enfermedades pulmonares crónicas
Los investigadores creen que estos hallazgos también pueden ser relevantes para otras enfermedades pulmonares crónicas, lo que abre posibilidades para futuros estudios que exploren mecanismos subyacentes compartidos y posibles enfoques terapéuticos. Esta investigación avanza significativamente nuestra comprensión de los complejos procesos biológicos que contribuyen al COVID prolongado, proporcionando una base fundamental para desarrollar tratamientos eficaces y mejorar las vidas de los afectados.























