Los astrónomos que utilizan el Telescopio Espacial Hubble han observado pruebas convincentes de colisiones violentas y en curso entre bloques de construcción de planetas alrededor de la cercana estrella Fomalhaut, ubicada a 25 años luz de distancia. Este descubrimiento no se trata sólo de ver los impactos; se trata de presenciar un proceso fundamental de desarrollo del sistema planetario en tiempo real, algo que rara vez se observa directamente.
El caso de las colisiones, no de los planetas
Durante años, los científicos debatieron sobre un punto de luz brillante detectado dentro del disco de escombros de Fomalhaut, sugiriendo inicialmente un planeta denominado Fomalhaut b. Sin embargo, el objeto misteriosamente se atenuó y se estiró con el tiempo, un comportamiento inconsistente con un planeta pero completamente esperado de una nube de escombros que se dispersa después de un impacto masivo. Ahora, un nuevo punto de luz similar ha aparecido cerca, lo que refuerza la conclusión de que estas detecciones no son planetas, sino el resultado de colisiones planetesimales.
Por qué esto es importante: Los sistemas planetarios no son estáticos; evolucionan a través de eventos energéticos frecuentes como colisiones. Estos impactos distribuyen material, lo que potencialmente favorece la formación de futuros planetas y remodela los discos de escombros existentes. La observación directa de estos eventos proporciona una visión única de cómo se forman y maduran realmente los sistemas planetarios.
Evidencia de impactos repetidos
La clave de este descubrimiento es el momento: dos colisiones separadas observadas aproximadamente en la misma región durante dos décadas. Esto es inesperado, ya que anteriormente se pensaba que estos impactos a gran escala ocurrían en escalas de tiempo de 100.000 años o más. La proximidad de estos eventos plantea dudas sobre la estabilidad del sistema Fomalhaut y si existen mecanismos subyacentes que impulsen estos frecuentes accidentes.
“Esta es sin duda la primera vez que veo aparecer un punto de luz de la nada en un sistema exoplanetario”, dice Paul Kalas, investigador principal de la Universidad de California en Berkeley. “Está ausente en todas nuestras imágenes anteriores del Hubble, lo que significa que acabamos de presenciar una colisión violenta entre dos objetos masivos”.
Lo que sabemos sobre los impactos
Según el brillo observado, se estima que los objetos en colisión tienen aproximadamente 60 kilómetros de ancho, más grandes que los asteroides típicos de nuestro sistema solar. Estos impactos liberan cantidades significativas de polvo, iluminando brevemente eventos que de otro modo serían invisibles. Las nubes de polvo son visibles porque reflejan la luz de las estrellas, pero esta luz de las estrellas también dispersa gradualmente los escombros, lo que hace que las nubes se desvanezcan con el tiempo, lo que explica por qué desapareció el primer objeto observado.
Observaciones futuras
Se espera que el telescopio espacial James Webb, con sus capacidades infrarrojas, proporcione más información sobre el tamaño y la composición de estas nubes de desechos. Esto ayudará a refinar las estimaciones de la frecuencia de colisiones y las propiedades físicas de los planetesimales involucrados.
En conclusión, las repetidas observaciones de colisiones alrededor de Fomalhaut ofrecen una rara visión de las caóticas primeras etapas de la formación de sistemas planetarios, lo que confirma que los impactos a gran escala todavía están remodelando activamente los sistemas estelares jóvenes en la actualidad.
