Las redes sociales están impulsando una tendencia alarmante: los hombres buscan cada vez más una terapia de reemplazo de testosterona (TRT) sin una necesidad médica genuina. Los médicos advierten que este aumento de la demanda está abrumando a los ya de por sí sobrecargados servicios del NHS y poniendo a los pacientes en riesgo de sufrir efectos secundarios innecesarios.
La terapia de reemplazo de testosterona es un medicamento recetado que se usa para tratar el hipogonadismo clínicamente diagnosticado, una afección en la que el cuerpo no produce suficiente testosterona. Por lo general, se prescribe después de que pruebas exhaustivas confirmen niveles bajos de testosterona acompañados de síntomas específicos como reducción del deseo sexual, fatiga y disfunción eréctil.
Sin embargo, una ola de videos virales en plataformas como TikTok e Instagram están tergiversando la TRT como una solución rápida para problemas comunes como la falta de energía, la falta de concentración o incluso el envejecimiento. Estos videos a menudo promueven análisis de sangre privados comercializados como el primer paso hacia la obtención de suplementos de testosterona, desdibujando la línea entre la atención médica y el marketing de estilo de vida.
El problema con la ‘testosterona del estilo de vida’
Esta tendencia online tiene consecuencias alarmantes para la salud de los hombres. Los médicos están siendo testigos de una correlación directa: cada vez más pacientes llegan a las clínicas después de someterse a estos análisis de sangre privados no regulados, a menudo influenciados por personas influyentes en las redes sociales que promueven dichos servicios. Sin embargo, muchas de estas personas tienen niveles normales de testosterona y no requieren tratamiento.
“Solíamos atender a pacientes con problemas suprarrenales o diabetes”, dice la profesora Channa Jayasena, presidenta de la Sociedad de Endocrinología y Andrología de la Red. “Ahora las clínicas están inundadas de hombres que se han sometido a estas pruebas privadas y les han advertido erróneamente que necesitan TRT”.
El uso innecesario de testosterona puede provocar problemas de salud graves. Suprime la producción natural de hormonas del cuerpo, lo que potencialmente causa infertilidad. Además, existe un mayor riesgo de coágulos sanguíneos, problemas cardíacos y trastornos del estado de ánimo asociados con la ingesta no regulada de testosterona.
Preocupaciones éticas y prácticas no reguladas
Si bien la publicidad directa de medicamentos recetados en el Reino Unido es ilegal, la línea entre promover información de salud y asesoramiento médico se difumina en las redes sociales. Muchos influencers de TikTok con un gran número de seguidores se están asociando con clínicas privadas, ofreciendo códigos de descuento o obsequios para análisis de sangre que actúan como puerta de entrada a TRT.
Estas publicaciones a menudo explotan las ansiedades relacionadas con el envejecimiento, la masculinidad y el rendimiento, lo que implica que los niveles bajos de testosterona son la causa fundamental de problemas comunes como el cansancio o la falta de masa muscular. Esto crea un clima en el que los hombres se sienten presionados a buscar tratamientos potencialmente innecesarios.
La Autoridad de Normas de Publicidad (ASA) está investigando actualmente varias publicaciones de este tipo señaladas por The Guardian debido a su posible violación de las regulaciones publicitarias.
Reacción y llamados a la acción
“Es un gran problema”, subraya el profesor Jayasena, “los especialistas de los hospitales atienden a pacientes que llegan después de hacerse análisis de sangre privados, a menudo concertados a través de personas influyentes, y luego médicos sin experiencia u otros profesionales sanitarios les dicen que deberían empezar a tomar testosterona”. Destaca que estas clínicas a menudo inician TRT para hombres con niveles normales de testosterona, lo que lleva a intervenciones innecesarias y potencialmente dañinas.
El aumento de la demanda de TRT impulsada por las redes sociales resalta la necesidad crítica de una mayor conciencia tanto entre el público como entre los proveedores de atención médica.
Se necesitan directrices más claras para regular el marketing sanitario en línea y proteger mejor a las personas vulnerables de información engañosa que puede afectar negativamente a su salud y bienestar.
