La actividad del sol sigue un ciclo de aproximadamente 11 años, fluctuando entre períodos de alta y baja energía. Actualmente estamos en el Ciclo Solar 25, que comenzó en diciembre de 2019 y ahora está entrando en su fase decreciente. Esto significa menos manchas solares, erupciones solares y eyecciones de masa coronal (CME) en general. Sin embargo, esto no descarta fuertes exhibiciones de auroras en 2026 y más allá.

Máximo solar: dónde nos encontramos

El máximo solar, el período de máxima actividad, se define por el mayor recuento mensual de manchas solares. Si bien en los últimos años se ha observado una mayor actividad solar (incluidas auroras visibles en latitudes inusualmente bajas en 2024 y 2025), el pico probablemente se produjo en octubre de 2024. Esto cambia la tendencia actual hacia menos eventos solares importantes.

El Sol produjo 19 llamaradas de clase X en 2025, pero menos que en 2024, en el que se produjeron más de 50. La llamarada más fuerte de 2025 alcanzó X5,1, mientras que en 2024 se registró una llamarada X9, el evento más potente del ciclo orientado hacia la Tierra hasta el momento. Estas llamaradas a menudo desencadenan CME, erupciones de plasma que pueden provocar tormentas geomagnéticas cuando se dirigen a la Tierra.

Tormentas geomagnéticas y visibilidad de las auroras

Las tormentas geomagnéticas, clasificadas del G1 al G5, son las que impulsan las auroras a latitudes más bajas. En 2025, se produjo una tormenta G4 (severa) en noviembre, pero en 2024 se produjeron dos eventos más fuertes: una G5 (extrema) y otra G4. Ambas tormentas provocaron avistamientos generalizados de auroras en todo el mundo.

La conclusión clave es que las fuertes llamaradas y tormentas geomagnéticas no desaparecen por completo durante la fase de declive. Históricamente, algunos de los eventos solares más poderosos ocurren después del máximo solar, a veces años después.

Precedentes históricos

Consideremos el ciclo solar 23, que alcanzó su punto máximo en 2001. Años después de este máximo, en 2003 y 2005-2006, todavía se produjeron erupciones que excedieron los niveles X10,0. Es posible que una llamarada en 2003 haya alcanzado incluso X40, aunque las mediciones precisas fueron limitadas. Esta actividad provocó tormentas geomagnéticas G5 consecutivas alrededor de Halloween, lo que llevó las auroras a latitudes bajas dos años después del declive del ciclo.

De manera similar, el Ciclo Solar 24 alcanzó su punto máximo en 2014, pero sus mayores llamaradas ocurrieron en septiembre de 2017, más de tres años después. Si bien estos eventos no fueron dirigidos por la Tierra, demuestran que una poderosa actividad solar puede persistir incluso cuando el ciclo disminuye.

Aunque la frecuencia general disminuirá, el Sol todavía tiene capacidad para eventos intensos durante la fase de declive, lo que significa que las auroras fuertes siguen siendo una posibilidad en 2026 y más allá.

En conclusión, si bien el Ciclo Solar 25 está entrando en una fase menos activa, la posibilidad de que se produzcan importantes exhibiciones de auroras no ha terminado. La historia muestra que algunos de los eventos más dramáticos pueden ocurrir años después del máximo solar, por lo que aún vale la pena observar el año 2026 y los años posteriores para disfrutar de espectaculares espectáculos celestes.