Durante décadas, los restos óseos de una mujer de la época romana encontrados cerca de Beachy Head en Inglaterra estuvieron en el centro de una narrativa científica cambiante. Inicialmente aclamada como la primera británica negra conocida, luego se sugirió que era de origen chipriota, pero los recientes avances en la secuenciación del ADN han revelado definitivamente su ascendencia: era una mujer local del sur de Inglaterra. Este caso subraya cómo la comprensión científica evoluciona con la tecnología y con qué facilidad se pueden revertir las suposiciones.
Del “primer británico negro” al local de Eastbourne
La historia comenzó en 2012, cuando el esqueleto fue redescubierto en los archivos del ayuntamiento de Eastbourne. La datación por radiocarbono sitúa su muerte entre el 129 y el 311 d. C., durante la ocupación romana de Gran Bretaña. Los primeros análisis forenses del cráneo llevaron a especulaciones sobre los orígenes del África subsahariana, una teoría que ganó fuerza pública, incluida una placa conmemorativa erigida en 2016.
Sin embargo, las pruebas iniciales de ADN arrojaron dudas sobre esta afirmación, sugiriendo un posible origen chipriota. La evidencia no fue concluyente, pero fue suficiente para plantear preguntas. Como dice la Dra. Selina Brace del Museo de Historia Natural: “Ha tenido un gran viaje”. La placa finalmente fue retirada tras una votación del consejo parroquial.
El papel de la tecnología en evolución
La respuesta definitiva llegó con la aplicación de la tecnología de matriz de captura, que permite a los científicos recuperar pequeños fragmentos de ADN antiguo y reconstruir perfiles genéticos más completos. Este método produjo una cobertura de ADN diez veces mejor que intentos anteriores. Los resultados fueron inequívocos: Beachy Head Woman descendía de la población británica indígena del sur de Inglaterra de la época romana.
Esto no es sólo una corrección de una atribución errónea histórica, sino una demostración de cómo progresa la ciencia. Los primeros intentos de clasificación de ascendencia se basaron en gran medida en la morfología del cráneo, un método ahora reconocido como poco confiable debido a la superposición de variaciones faciales entre las poblaciones.
Más allá de la identidad: lo que esto significa
La mujer tenía aproximadamente entre 18 y 25 años, medía 5 pies de altura y tenía una fractura curada de una lesión grave en la pierna. El análisis isotópico sugiere que su dieta consistía principalmente en mariscos, lo que indica que vivía en el área local.
El caso de Beachy Head Woman pone de relieve que las narrativas históricas no son fijas, sino que están sujetas a revisión a medida que surgen nuevas pruebas. Más importante aún, subraya la necesidad de humildad científica y la obligación de corregir errores del pasado. Como concluye el Dr. Brace: “No altera la historia de Gran Bretaña. Simplemente altera su historia, y le debíamos a ella corregir eso”.
