Un análisis genético exhaustivo confirma que más de dos tercios de las razas de perros modernas conservan una ascendencia de lobo detectable, lo que desafía las suposiciones previas sobre la domesticación canina y revela una conexión más profunda y reciente entre los perros y sus parientes salvajes de lo que se pensaba anteriormente. El estudio, publicado en las Proceedings of the National Academy of Sciences, combinó datos genómicos antiguos y modernos de casi 2.700 cánidos para descubrir un flujo genético histórico generalizado.

Persistencia inesperada del ADN del lobo

Durante décadas, los científicos creyeron que la domesticación separaba claramente los genomas del perro y del lobo, y que la hibridación rara vez se producía después de que los perros se separaron de los lobos grises hace aproximadamente 20.000 años. Sin embargo, investigadores del Museo Americano de Historia Natural, el Smithsonian y la UC Davis descubrieron que el 64,1% de los perros de raza moderna exhiben ascendencia de lobo en su ADN nuclear, como resultado de una mezcla que ocurrió dentro de las últimas 1000 generaciones. Esto significa que los genes del lobo son mucho más frecuentes en los perros domésticos de lo que se suponía anteriormente.

Todos los perros deambulantes (perros de aldea) analizados en el estudio también tenían ascendencia de lobo detectable, lo que refuerza la idea de que incluso los perros con historias reproductivas menos estructuradas han conservado rastros de sus orígenes salvajes.

Variaciones específicas de la raza

El alcance de la ascendencia de los lobos varía significativamente entre razas. Los perros lobo checoslovacos y de Saarloos, criados intencionalmente con lobos, tienen los niveles más altos (23-40%). Entre las razas puras, el Gran Sabueso Tricolor Anglo-Francés exhibió el resultado más sorprendente, con un 4,7-5,7% de ascendencia de lobo, dado su estatus común en la Francia moderna. El pastor de Shiloh también mostró una notable genética de lobo (2,7%), una consecuencia de la cría deliberada con perros lobo para mejorar la salud y el temperamento.

Por el contrario, razas como el mastín napolitano, el bullmastiff y el St. Bernard no mostró ascendencia de lobo detectable, lo que pone de relieve las presiones selectivas que han dado forma a los diferentes linajes.

Beneficios evolutivos y rasgos de comportamiento

La persistencia de los genes del lobo sugiere que continúan proporcionando ventajas adaptativas a los perros. Los investigadores encontraron una ascendencia de lobo enriquecida en genes receptores olfativos entre los perros de las aldeas, lo que probablemente ayude a hurgar en los desechos de comida humana. Los mastines tibetanos portan un gen de los lobos tibetanos que les ayuda a sobrevivir en altitudes elevadas con bajos niveles de oxígeno.

El estudio también exploró las correlaciones entre la ascendencia de los lobos y los rasgos de personalidad informados. Los perros con mayor ascendencia de lobo fueron descritos con mayor frecuencia como sospechosos, independientes, leales y territoriales, mientras que aquellos con menos ascendencia fueron típicamente etiquetados como amigables, deseosos de complacer y fáciles de entrenar. Los investigadores advierten que estos descriptores son subjetivos, pero plantean la posibilidad de que ciertos rasgos de comportamiento puedan estar relacionados con la genética retenida del lobo.

Una nueva comprensión de la evolución canina

Los hallazgos remodelan nuestra comprensión de la evolución canina al demostrar que el ADN del lobo no sólo se tolera sino que también se mantiene activamente en los genomas de los perros. Esto implica que los perros han seguido beneficiándose de las contribuciones genéticas de los lobos, incluso después de la domesticación. Como afirmó el Dr. Logan Kistler: “Los perros han tenido que resolver todo tipo de problemas evolutivos… y parece que utilizan genes de lobo como parte de un conjunto de herramientas para continuar su historia de éxito evolutivo”.

Las implicaciones del estudio se extienden más allá de la genética; Desafía suposiciones arraigadas sobre la separación entre perros y lobos y abre nuevas vías para investigar el comportamiento canino, la adaptación y la compleja historia de la domesticación.